LA SABIDURÍA ES OBSERVADORA

En el estudio del Árbol de la vida sabemos que, es desde la esfera de Jojmá desde donde contemplamos lo que sucede desde el conjunto, desde la unión.

Ya en Biná comenzamos a diseccionar aquello que aparentemene nos sucede, separando, clasificando y analizándolo con la intención de elaborar un plan de acción que nos permita dar una respuesta por nuestra parte a lo que nos acontece.

Cuando lo que nos sorprende es de nuestro agrado, no solemos encontrar dificultades en dar una respuesta.

Pero cuando la vida nos pone por delante una situación difícil o desagradable para nosotros, es crucial hacer algo que los cabalistas aconsejan en todos los casos y con más razón en este último: "Antes de pensar, observa" Estamos acostumbrados a reaccionar desde lo experimentado anteriormente o desde una opinión hecha de forma anticipada sin dejar un espacio en el que realmente seamos libres para dar una respuesta fresca, no congelada. Y ese observar lo hacemos desde Jojmá.

La sabiduría es la encargada de reconocer los designios de la divinidad en su amplia visión antes de catalogar aquello que "sucede" como bueno o malo. Dedicar unos segundos, y mejor, si es posible unos minutos, a observar y reconocer que el sentido profundo, ése que la mente analítica no acierta a comprender, está en todo lo que la vida nos regala.

Una vez aceptado LO QUE ES, y elegido vivirlo con emuná (confianza en hebreo), podemos desde Biná, formular ese plan de acción convencidos de que es la vida la que nos plantea los escenarios y que éstos no son arbitrarios ni casuales. Cada uno nos enfrentamos con aquellos desafíos que necesitamos vivir en nuestro proceso evolutivo.

Si entendemos ésto y lo llevamos a cabo de esta manera, la vida dejará de presentarnos problemas, y a cambio nos ofrecerá retos en los que crecer. Retos que Biná, con la calma derivada de la aceptación en Jojmá, llegará al entendimiento correcto, y con ello otorgando la mejor respuesta.