Poner el foco

Descubre cómo la mente puede convertirse en una herramienta al servicio del bienestar cuando el cuerpo atraviesa dolor o limitaciones. Esta reflexión explora la diferencia entre identificarnos solo con lo físico o conectar con nuestra esencia espiritual, encontrando paz, sentido y perspectiva más allá del malestar. Una mirada consciente para comprender cómo nuestra atención determina la experiencia y cómo vivir el proceso desde mayor serenidad interior.

a sun shining through the trees in the sun
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Cuando el cuerpo sufre no podemos negar su dolor, pero no nos olvidemos que tenemos una potente herramienta a nuestra disposición.

La mente, podemos ponerla al servicio del cuerpo en su malestar o al servicio de aquello que somos en esencia, el espíritu. La mente es la interfaz de nuestra conciencia. Al espíritu nada lo toca, nada lo amenaza, nada le afecta.

Tampoco esas limitaciones experimentadas por el cuerpo. Donde pongo por ello mi atención, osea, la mente, así será la experiencia. Aquellos que sólo creen ser un cuerpo físico y están convencidos que no pertenecen a lo sutil en su raíz, no tendrán opción de elegir, pues su atención está enfocada exclusivamente en su densidad.

Aquellos en cambio; que saben que su cuerpo es tan sólo la manifestación más densa de su energía, podrán elegir enfocarse en esa parte más etérea, (su espíritu), y allí, lograr el aliento y la paz necesarias para vivir el proceso, siendo invitados a la vez, a plantearse que la vida no se equivoca y que son sólo nuestros límites lo que no nos permiten comprender la profundidad de los sucesos.